viernes, 29 de agosto de 2008

New York

La ciudad de Nueva York está más de moda que nunca: en un plazo de dos meses van a concurrir allí nuestro querido Nachete, Iván en su viaje de novios y mi compi Javi Clares. Todos ellos con el mismo objetivo: ver qué es eso que hay al otro lado del Atlántico, extraño y conocido a la vez, pues no en vano la primera impresión que se llevarán cuando lleguen a Manhattan y paseen por sus calles será de "¡cómo me suena todo esto!". Y todo gracias a las películas y las series. No sé datos exactos, pero yo diría que un porcentaje bastante alto de las escenas urbanas de las películas americanas están rodadas en las calles de Manhattan. Central Park, el Empire State, el Chrysler Building, el puente de Brooklyn, la Estatua de la Libertad... son tantas cosas.

No quiero irme demasiado por las ramas, porque no quiero que esto sea demasiado extenso. Sí quiero dejar un poco reflejada mi experiencia de las cuatro veces que he estado allí, y contaros las cosas que os aconsejo no os perdáis. También me gustaría que quien haya estado, añada cosas.

Ni mucho menos pretendo hacer una guía completa de viaje de NY. Sólo reflejar las cosas que a mí más me han gustado/impresionado.

Nueva York es una ciudad dividida en cinco distritos (boroughs): Manhattan, Queens, Brooklyn, Bronx y Staten Island. La isla de Manhattan es lo que centrará casi todo este texto. Es el corazón de la ciudad, lo que (casi) siempre se ve en las películas y donde están la mayorías de las cosas chulas. Queens y Brooklyn son dos barrios muy grandes, principalmente residenciales. Ambos son bastante más grandes que Manhattan, a lo mejor 4 ó 5 veces más grandes. El Bronx es el que tiene fama de ser el barrio de los negros y de la delincuencia. Sobre lo primero: yo creo que hay ya más hispanos que negros. Sobre lo segundo, pues de noche parece ser que hay que tener un poquito de cuidado, sí. Por último, Staten Island no tiene nada. Hay un barco que va a la isla y que está bien hacerlo por las vistas del trayecto, pero una vez que el barco llega a Staten Island os aconsejo coger el siguiente barco de vuelta. Allí vive gente y tal, pero no se os ha perdido nada. Ah, y por si alguno está pensando que me he olvidado de Harlem, os diré que Harlem es parte de Manhattan, concretamente la parte norte de la isla. Se aconseja no deambular demasiado por Harlem, especialmente de noche. En principio, las calles principales, de día son seguras. Aunque según por dónde paséis puede que se os queden mirando un poco al no ser muy normal ver blancos por esas latitudes... por cierto, en Harlem tenéis la posibilidad de ir a alguna de esas misas en las que cantan Gospel.

Supongo que tendréis los alojamientos en Manhattan, así que lo primero que tenéis que hacer al llegar es pasear. Dedicar un rato a pasear por las calles. Fijaos en los detalles: las señales de tráfico, los pasos de cebra, los policias, los coches, etc. Observaréis que allí todo es diferente. Desde que os montéis en el coche que os lleve del aeropuerto al hotel, observaréis que todo es distinto a España: los carteles de la autopista (allí son verdes) las señales de tráfico, los pivotes para delimitar las obras o los carriles son de otro color y tienen otra forma y, sobre todo, veréis que los coches son mucho más grandes que los de aquí. Después de unos días allí, vi un Ford Focus por la calle, idéntico al mío, y me partí de risa (lo siento Iván). Se veía tan ridículo al lado de todos los monstruos... no sé a vosotros, pero detalles como éste tan tonto de los coches tan diferentes, a mí me hacen sentir en otro mundo.

Para ese paseo del primer día, os recomiendo la zona de Midtown, que es lo que más os sonará a las películas. Observad lo anchas que son las aceras. Acercaos a la estación de Grand Central. Entrad, que merece la pena. Caminad un poco por Park Avenue, que está muy chula. En Park Avenue vive gente de bastante pasta (creo que ahí vive Big, el novio de Carrie Bradshaw). Y, sobre todo, mirad hacia arriba. Cuando lo hagáis, os daréis cuenta de la cantidad de rascacielos que hay. Algunos quizá piensen que los rascacielos se limitan al Empire State y cuatro más, pero no es así, ni mucho menos. No podéis iros sin ver el CityCorp Building, el Rockefeller Center, el Metlife (antiguamente, el de la PanAm), y por supuesto, el Chrysler Building. De cerca es impresionante. También el Flatiron Building, uno que tiene forma de quesito. Es uno de los más antiguos y, cuando se construyó, era el más alto de Manhattan. Podéis pasar una mañana o una tarde tranquilamente paseando por las calles y mirando hacia arriba, haciendo fotos, etc. Os lo pasaréis pipa. Y es muy importante que subáis al Empire State Building. Cuando veáis la cola os asustaréis y diréis "bah, yo paso", pero no, no paséis. Subid que no os arrepentiréis. ¡Vaya vistas! Pagáis una entrada y podéis estar arriba el tiempo que queráis. Para hacerlo perfecto, lo ideal es que subáis por la tarde, cuando falte un ratito para anochecer. Así veis Manhattan de día, Manhattan anocheciendo y Manhattan de noche. Luego podéis celebrar una animada charla-coloquio sobre cuál de las vistas os ha parecido más chula.

Y aparte de andar y andar y andar, ¿hay algo más? Pos tú verás!

Otro de los paseos fundamentales es por Central Park: ahí podéis pasar un día muy bueno, paseando, comiendo, tirados en el cesped, etc. Os daréis cuenta de cómo se cuidan los neoyorquinos: en España vas a un parque y ves a dos corriendo; allí puedes encontrarte decenas de personas con su iPod en las orejas y corriendo a un ritmo que muchos quisiéramos. En Central Park vale la pena acercarse al Strawberry Fields memorial, en el que hay un mosaico con la palabra "Imagine" en el centro, en homenaje a John Lennon. No olvidemos que enfrente de Central Park está el edificio Dakota, en el que fue asesinado. Desde el parque se ve este edificio por encima de los árboles.
Cuando vayáis a Central Park, os recomiendo que os comáis un perrito en Gray's Papaya. Hay varios por la isla, pero ahí tenéis cerca el de la 72 con Broadway. Aprovecho para deciros que, en Manhattan, las calles de la zona de Midtown son horizontales en el mapa, numeradas de abajo arriba. Las avenidas son verticales y se numeran de derecha a izquierda. Así, se forma una cuadrícula, que es atravesada diagonalmente por Broadway. Bueno, no es tan diagonal como la Avenida Diagonal de Barcelona, pero casi. Si tenéis estas indicaciones en mente, será fácil deducir que la esquina de la calle 10 con la primera avenida, está al sureste y para ir a la esquina de la calle 90 con la décima avenida, tendréis que ir al noroeste. Si os dicen la calle 72 con Broadway, tenéis que saber a qué altura cruza Broadway la 72. En este caso, creo que es aproximadamente por la 8ª avenida. También veréis en los carteles de las calles que cada calle se dice que es Este u Oeste. Por ejemplo: W41 y E41 en realidad son la misma calle, pero a partir de la 5ª avenida cambia de nombre. Otro detalle importante es que entre la 3ª avenida y la 5ª avenida no hay una sino tres, y ninguna de ellas se llama 4ª avenida. Son, de este a oeste, Lexington Avenue, Park Avenue y Madison Avenue. Y más cosas: en realidad no se dice W41 sino W41st. Se leería "West, Forty-First street", lo que en castellano sería "cuadragésimo primera calle - oeste". W42nd = West, Forty-Second street, W43rd = West, Forty-Third street, etc.
Con estas indicaciones básicas, ya podéis orientaros por una gran parte de la isla, y sabréis dar indicaciones a los taxistas.

La famosa Quinta Avenida (Fifth Avenue) es una más de las avenidas verticales que cruzan Manhattan, aunque con varias cosas especiales. Es lo que marca el centro horizontal de la isla: a la izquierda de ella, las calles se llaman oeste (ejemplo, W41st) y a la derecha se llaman este (E41st). En ella me he cruzado a varios famosos (Alberto de Mónaco y algunos presentadores de telediarios españoles) y hay unas cuantas tiendas típicas: Tiffany's, Sachs Fifth Avenue... y la que a mí más me gusta: la tienda oficial de la NBA. Ahí puedo pegarme una tarde sin aburrirme. Y siempre acabo comprando un montón de cosas. Eso sí, es carica. Id con cuidao.

Luego está la parte sur, que eso ya es otro rollo: ahí se acaba la cuadrícula y las calles tienen nombres en lugar de números. En esa parte sur encontraréis muchos de los barrios más carismáticos de la ciudad: el Village, Chinatown, Little Italy, SoHo, Chelsea, Financial District... es fundamental que dediquéis bastante tiempo a estos barrios. Algunas recomendaciones:

Chinatown: es como pasear por China. Ahí todos los que viven son chinos (y asiáticos en general). Podéis ir de compras por ahí, a las tiendas a las que van los chinos para hacer sus compras. Para esto es conveniente que os adentréis en las calles del barrio. Si os quedáis en la calle principal (Canal Street) sólo hay tiendas pensadas para turistas, y ya no molan tanto. Y no dejéis de ir a comer de Dim Sum a un restaurante chino. La camarera pasa por las mesas con un carrito y si te gusta algo de lo que lleva, te lo quedas. Te lo apuntan y listo. Quizá hoy en día es algo que se está implantando ya más por España y no os sorprenda tanto como a mí cuando fui. Os recomiendo el restaurante Mandarin, en Mott Street. He estado varias veces y se come muy bien.

Junto a Chinatown, está Little Italy. La cuna de los italoamericanos. Este barrio cada día es más pequeño porque Chinatown se lo come. Casi se reduce a Mulberry Street y poco más. Si vais sobre la segunda quincena de septiembre pillaréis las fiestas de San Genaro. Decoran la calle, ponen puestos en la calle. Está mono.

En el SoHo hay galerias de arte y cosas así. También gente pintando en la calle. Una zona chula, aunque yo me esperaba algo más. Gema y yo entramos a una galería y pusimos cara de ser gente de pasta. Una dependienta portuguesa nos enseñó algunos cuadros en inglés, hasta que le dijimos que éramos españoles, momento en el cual se puso a hablar portugués... y dejamos de entenderla.

El Village es una zona muy chula. Es la típica zona de casas como la que tiene Carrie Bradshaw, de esas con escaleras a la entrada, árboles en la calle, coches aparcados y poco tráfico... ya sabéis lo que os digo. Además, es un barrio con bastante animación, pubs y tal. En este barrio os recomiendo ir al Village Vanguard, la cuna del Jazz. Está en la 7ª avenida, ya metidos en el Village. Actuaciones en directo muy chulas.

Y totalmente al sur de Manhattan (en la punta de la isla): el puente de Brooklyn, vale la pena ir. Es precioso. Podéis andar por él, tiene una parte peatonal muy segura. Veréis gente corriendo y ciclistas a cascoporro. Por ahí está el distrito financiero, las caídas torres gemelas y muy cerca Wall Street. Si vais en día de diario podéis dar una vuelta para ver a los tíos con el traje y el maletín corriendo por la calle. Aunque eso se ve por toda la isla. No sé si se puede entrar a la Bolsa a verla, imagino que sí.


Más cositas...

Café: veréis muchos Starbucks. A los americanos les gusta mucho pillarse un café de esos en vaso de cartón y tomárselo andando por la calle. A mí me estaban muy buenos pero a Gema, que es muy cafetera, decía que le gustan mucho más los cafés españoles y que le gusta tomárselos tranquilamente sentada y no paseando por la calle. Cuestión de gustos. Ah, y veréis que tienen varias clases de galletas y madalenas y tal.

Librerías. Principalmente dos: Barnes & Noble y Borders. Hay varias de cada, repartidas por toda la isla. Casi todas son muy grandes y están muy bien. Suelen tener cafetería y puedes cogerte los libros y revistas que quieras, gratis, y leértelos tranquilamente tomando un café. No está mal visto, para nada. Es una de las cosas chulas de NY: casi nada está mal visto. Si te apetece ir con chándal y zapatos, pues vas. Ahí nadie te va a mirar raro. Si te apetece pasar un día entero sentado en la cafetería de la librería leyendo revistas, pues estás. Como una biblioteca, vaya. Y suelen tener una sección al entrar que se llama Bargain en la que encontraréis auténticas gangas. Libros superrebajados y otras cosas a precios ridículos. Es lo que tiene NY, que es una ciudad cara, pero en cualquier momento puedes encontrarte una ganga que no seas capaz de creerte.

A mí también me gusta coger periódicos gratis de las calles, de esos que hay en los chismes esos que veréis en muchas esquinas. Hay algunos en los que hay que echar moneda, pero otros son gratis. Especialmente, me gusta coger The Onion. Te partes el culo. :)

Museos. Os recomiendo dos: El Metropolitan (fundamental) y el Museo de Historia Natural. El primero es supergrande y muy chulo. Realmente imprescindible. El MOMA nada, salvo que os guste mucho el arte moderno. Y el Guggenheim podéis verlo desde fuera, y vais servidos.

Estatua de la Libertad: hay un barco que te lleva. Vale la pena ir, aunque sólo sea para dar una vuelta por la isla, y para ver las vistas desde el barco. Dentro hay una tienda y sitios para comer. Yo me compré una corbata con estatuas, muy chula. Ah, os aconsejo ir temprano, que si no pillaréis demasiada cola.

En el Bronx (fuera de la isla, al norte de Manhattan) hay varias cosas: El Zoo, muy recomendable. El Jardín Botánico, también precioso. He estado en los dos sitios y no sé con cuál quedarme. Además, en el Bronx está el estadio de los Yankees de baseball. Bueno, importante hablar del tema deportivo:

Baloncesto: vais a ir en época en la que no hay NBA, aunque quizá haya WNBA (la de gachises). He estado en un partido de cada, y en los dos lo pasé muy bien. Si no hay partidos de baloncesto, podéis ir a ver el MSG (Madison Square Garden). Os lo enseña un guía y os lo va explicando. Vale mucho la pena, a mí me encantó.

Baseball: fui a ver a los Yankees y me lo pasé pipa. Nos hinchamos a comer y, aunque el partido tampoco fue gran cosa, lo pasamos muy bien. Era más la sensación de "estoy en el Yankee Stadium viendo a los New York Yankees" que la de "¡vaya partidazo!".

Fútbol americano (el que se parece al rugby de aquí): es muy difícil conseguir entradas.

Aparte de los deportes, también podéis ir al teatro. La oferta es bastante extensa, principalmente en Broadway. Obras de teatro, musicales, etc.

Id también a Times Square. Sale mucho por la tele, las típicas imágenes nocturnas con muchísimas luces de los anuncios de las fachadas de los edificios. Si os ponéis en medio y miráis hacia todas partes, veréis qué derroche de energia. Y poco más. Hay varias tiendas de esas en plan MegaStore (no sé si de Nike o algo así... o la de ESPN) y muchos reclamos para turistas y carteristas. Aunque si no sois demasiado imprudentes, en general la ciudad es muy segura.

Si os queréis comer una hamburguesa que no se la salta un gitano, hay un sitio muy chulo en la segunda avenida, por la parte baja (Village, creo). No recuerdo el nombre, a ver si lo averiguo...

Un detalle importante: si en los paseos tenéis la necesidad de ir al WC (¿quién no la tiene alguna vez?), no dudéis en entrar en Starbucks, McDonalds o en cualquiera de las librerías que os dije. Los aseos suelen estar más o menos bien limpios y no está en absoluto mal visto que vayas al aseo sin consumir.

Y una curiosidad: yo siempre he tenido la impresión de que, en NY, la Coca-Cola sabe como la Pepsi y la Pepsi sabe como la Coca-Cola. No sé si es una sugestión mía. Probadlas ambas y me contáis. Y las hamburguesas están insípidas y mucho más secas que aquí. Sobre todo insípidas.

Y, por supuesto, podéis salir de Nueva York. Os aconsejo Philadelphia, que está a dos horas de carretera, aproximadamente. Es una ciudad muy bonita y en la que podréis ver detalles del origen de aquel país: La Declaración de Independencia, la Campana de la Libertad, y cosas por el estilo.

Y hasta aquí llegamos de momento. Espero que no os hayáis aburrido demasiado. Luego si tengo un rato pongo algunos enlaces para ampliar algunas cosas.

¡Nos vemos!


EDITO: Se me ha olvidado un tema muy importante: las propinas. En Estados Unidos es prácticamente obligatorio dejar propinas en bares, restaurantes y taxis. Suele ser aproximadamente de un 15%. En el caso de los restaurantes hay una forma fácil de calcularlo, ya que suele venir desglosado en la cuenta (the check en inglés americano; no digáis the bill, que se pensarán que estáis pidiendo un billete) la parte que corresponde a los impuestos. Como éstos suelen estar sobre un 7 u 8 por ciento, basta con que dejéis como propina el doble de los impuestos. Si pagáis con tarjeta, el camarero se llevará vuestra tarjeta y os traerá el papelito para firmar. En este tenéis que poner vosotros la cantidad que queréis que os cobren, incluyendo la propina. Si pagáis en metálico, entonces se hace igual que aquí: cuando os traigan el cambio, dejáis y/o añadís lo que queráis. La propina es casi obligatoria, ya que los camareros no tienen sueldo (o es muy bajo) y viven de las propinas. Por eso, si en algún sitio no dejáis propina, que no os extrañe que salga el camarero detrás de vosotros a preguntaros que qué ha pasado, si es que os han tratado mal, si es que no habéis comido bien... en un taxi, pues lo mismo: no os pondrá buena cara si no le dejáis propina. Aunque a los españoles nos duela, debemos respetar un poco las costumbres del lugar. Excepciones a las propinas: los McDonalds y sitios de ese tipo (Subway, KFC...). En general, si no te sirve un camarero, no se deja propina. Los McDonalds son como tiendas. Y en las tiendas tampoco se deja propina. En los bares se suele dejar también. Ahí no me acuerdo de cuánto es lo estándar, no sé si 1 dólar por consumición. Se deja propina al botones del hotel, si os ayuda con las maletas. No es de extrañar que salgan al taxi a por vosotros y os arrebaten las maletas de las manos para llevarlas ellos: están buscando la propina. Ahí lo estándar es 1 dólar por maleta. Al menos así era antes, no sé si esto habrá cambiado. Sobre la moneda: los billetes de dólar tienen todos el mismo tamaño y color, fijaos en el número que indica la cantidad de dólares que vale. Es bueno llevar en el bolsillo siempre unos cuantos billetes de dólar, son prácticos para las propinas y pagar cosas pequeñas sin que te llenen de chatarra. Porque allí, las monedas prácticamente no se usan. No es común pagar en monedas. Allí la gente se guarda las monedas para la lavandería (casi nadie tiene lavadora en casa). Y ojo a otra cosa: en muchos sitios veréis que el precio es $1, y luego te cobran $1,08. Es por los impuestos (taxes). Casi ningún precio lleva los impuestos, y luego te los cobran. A mí me parece un poco absurdo: ves el cartel de tres pares de calcetines por un dólar. Vas a pagar y dices "¿cuánto es?", y te dicen "un dólar y ocho céntimos". Ridículo. Y otro temita más: el idioma. No tengáis miedo si no os apañáis en inglés porque hay muchos hispanos. Pero tampoco penséis que en NY todo el mundo habla español, que no es así. Ni tanto ni tan calvo. En restaurantes y demás sí es fácil que haya algún hispano entre la tripulación, así que si os agobiáis, podéis preguntar. Y no os deprimáis si creéis saber algo de inglés y luego allí no entendéis nada: la gente habla fatal. Y en un sitio como NY donde hay tantísimos extranjeros, es normal. Los hindús y los chinos hablan muy mal el inglés, tened paciencia.