viernes, 30 de noviembre de 2007

Lista confirmada

Por fin, la lista de expedicionarios a Almería está completamente confirmada. Finalmente, esta es la composición de los medios de transporte:

Coche 1.- Pablo, Natalio, Pacoga
Coche 2.- Agustín, Juan Antonio, Jorge
Coche 3.- Damián, Paco Sánchez, Nico
Coche 4.- Yánguel
Talgo.- Nachete

Efectivamente, Nachete al final se viene. Llegará sobre las 3 de la tarde a almería, en el tren. Quedaremos con él para que acuda a donde estemos, bien sea en taxi o yendo a por él, o como sea.

Pues poco más. Espero que no seáis excesivamente huevones para madrugar y podamos estar todos, o casi todos, en Almería a eso de las 12.

¡Hasta mañana!

jueves, 29 de noviembre de 2007

El tiempo en Almería

Se prevé un sábado soleado y temperaturas entre 11ºC y 19ºC. Así que, no está mal. Fresquito de cazadora, pero sin excesivo frío nocturno.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Expedición a la ciudad de Almería

Tras casi una semana después de la última entrada, aquí estamos de nuevo. Disculpen ustedes el paréntesis. Esta vez, no podemos hablar de algo que no sea el viaje a Almería, claro está. La situación es ésta:

Confirmados que sí vamos: Juan Antonio, Agustín, Paco Sánchez, Yánguel, Nico, Damián, Pablete, Jorge, Pacoga y Natalio.
Sin confirmar al 100%, pero casi seguro que sí: Nachete.
Confirmados que no vienen: el resto de la humanidad. Nos causa especial dolor la baja de Juanfran, pieza clave en este tipo de eventos, pero ni que decir tiene que comprendemos su situación familiar y le deseamos lo mejor.

El caso Nachete es que está buscando la mejor combinación posible para bajar de Madrid. Actualmente, baraja opciones como el tren directo Madrid-Almería, o el coche, bajando a Murcia y dejando el coche aquí hasta el domingo. Yo confío en que venga, le he visto animado. Pero por otra parte, también se nota que no ve muy clara la combinación y, si no encuentra alguna que más o menos sea cómoda, no descarto que se eche atrás.

Tema hotelero: reservado y pagado (creo, que lo confirmen los pagadores). Tenemos seis habitaciones dobles, para once que somos. Pensamos que no vale la pena cancelar nada ni hacer movidas. Simplemente tendremos que pagar 20 euros de más entre 11, no llega a 2 euros por cabeza. Mejor así que tener a 3 pobres durmiendo en una habitación con una cama supletoria ahí metida, o a saber, quizá tenga que dormir uno en una bañera (no sé en qué estaba yo pensando, pero había escrito ballena en lugar de bañera). Y no me vale que digáis: "¿qué más da el hotel? si no vamos a dormir, nos vamos de fiesta...". Eso ya no es así. Aquí casi todos estamos ya en la treintena, y necesitamos una cama, con sus sábanas y su almohada.

Si finalmente Nacho se rajare, que espero que no, pues tendríamos que intentar cancelar una habitación, o jodernos y pagarla entre los que vamos. Serían 4 euros más por barba, en total. Tampoco es un dineral, pero sí espero que la próxima vez que le veamos le demos cada uno, una hostia por cada euro. Así la derrama se convertirá en derrame.

Hay gente que me ha preguntado por el plan y tal. Bueno, creo que está claro. Llegada a Almería sobre las 12, coger las habitaciones, reunir el rebaño y buscar la zona de cañas y tapas. Si queréis hacer los deberes, podéis informaros antes de viajar de cuáles son los sitios recomendados, aunque no es necesario ya que Agustín se conoce aquello. A partir del momento de las cañas y las tapas, pues el cuerpo se va dirigiendo solo hacia el café, los cubatas, las cañas de la cena, etc. Improvisación, como siempre.

También hay algunos preocupados por el domingo. Yo creo que vamos coches suficientes como para que pueda haber separación: unos se vuelven temprano, otros se quedan a comer... no creo que haya problemas. En cualquier caso, si queréis, exponed aquí vuestra situación y lo planificamos.

Tema coches. En principio la idea es esta (pongo primero el conductor y propietario de cada coche):

Coche 1: Pablo, Natalio, Pacoga.
Coche 2: Agustín, Juan Antonio, Jorge y Nachete. En este coche, todavía no está confirmado el orden de los dos primeros miembros. Si finalmente me lo llevo yo, es necesario que en mi coche venga Jorge ya que tendría que dejar a mi novia en Alhama. Si vamos en el coche de Agustín ya da igual, porque le dejo a mi novia el coche y no tengo la necesidad de entrar a Alhama.
Coche 3: Damián, Paco Sánchez y Nico.
Coche 4: Yánguel. Este va directo desde Gútar, Michigan.

Si vamos en el coche de Agustín, no hay problema en cambiar a Jorge por Nico. Aunque según me ha explicado Nico, es bastante fácil llegar al punto de recogida. Aquí el que las va a pasar putas es Pablete, que tiene que ir a por Pacoga a Guadalupe, Nebraska.

Bueno, pues creo que está todo claro. Hora de salida no hemos fijado, más o menos que cada coche fije la suya. Pensad en que hay que estar sobre las 12 en el hotel. En próximas entradas publicamos más información sobre cómo llegar, aunque podéis buscar por ahí si queréis. Se llama Hotel Indálico.

¡Qué poquito queda!

jueves, 22 de noviembre de 2007

Aviso a lectores del blog

Un aviso: si tenéis la costumbre de sólo leer los comentarios del último post del blog, id cambiando la costumbre, porque pueden aparecer comentarios nuevos en hilos antiguos. Para no salir locos teniendo que retener en la memoria el número de comentarios que hay en cada hilo, cada vez que entráis, os recomiendo que utilicéis un lector de RSS, para suscribiros a las nuevas entradas del blog y a los comentarios. Si queréis que os dé más información, me lo decís, pero os adelanto que el lector de google está muy chuli. Pulsad aquí para abrir el Google-Reader.

Ya lo sabéis.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Efecto dominó

Qué lástima que me lo perdiera. De hecho, si no me lo hubiera perdido, no habría ocurrido. Os cuento:

Ayer, martes 20 de noviembre, a mediodía, nos disponíamos a salir de elpozo para comer fuera. Cuando todavía estábamos en la sala de los sinérgicos, el grupo se dividió en dos: Pacoga, Jorge, Iván y Fernando organizaron una primera avanzadilla, y Pablete y yo nos quedamos unos minutos con la consultica que la ardilla nunca supo ejecutar. El tiempo se nos alargó, de modo que decidimos no ir a Casa Martín y quedarnos a comer en elpozo (por cierto, comimos arriba... vaya papeo!). Le mandé un mensaje a Pacoga para avisarles de que no íbamos. La avanzadilla había preparado la mesa para que pudiéramos sentarnos los seis, juntando dos mesas. Cuando recibió mi mensaje, pensaron: "bueno, ahora que ya sólo seremos cuatro, vamos a quitar la otra mesa y así que la puedan aprovechar". Gran momento: no se dieron cuenta de que había cubiertos, platos y vasos entre las dos mesas, y provocaron una catástrofe de proporciones maquiavélicas. Los platos cayendo, los cubiertos, las copas... el accidente creo que se saldó con una copa muerta y un sinfín de heridos.

Tengo que buscar el video en youtube.

martes, 20 de noviembre de 2007

Las ardillas son bonicas... pero ya

Aquí estamos, demostrando que no porque hayamos contado todo el viaje a Sevilla, el blog deba morir. Nunca lo permitiremos.

Os preguntaréis que qué coño significa el título de este post. Hoy se ha vivido un episodio que confirma, una vez más, que ni ardillas, ni hostias. Resulta que nuestro querido amigo Pablete estaba hoy dándose camotazos (la expresión oficial de mi compi Juanjo) porque una consulta no le funcionaba en su querido cliente sql Squirrel (squirrel es ardilla en inglés). Le daba un error de sintaxis. Después de un rato haciendo pruebas juntos, quitándole y poniéndole cosas, hemos hecho la prueba, por desesperación, de copiar y pegar la consulta en el Asistente Sql. ¿Os imagináis el resultado? Pues sospecháis bien: ahí han ido apareciendo, una tras otra, todas las filicas en el grid llenas de datetes. Mientras tanto, la ardilla seguía en sus trece: Syntax error.

Moraleja: dejemos las ardillicas para los parques, que ahí están muy bonicas.

Y ahora, Pablete, dejo la palabra a Agustín, que seguramente te dirá cuatro cosas bien dichas.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Retorno resacoso

El viaje de vuelta fue tan divertido como el de ida. Las ilusiones dieron paso a los recuerdos y la frescura se transformó en resacón. El buen humor, sin embargo, permaneció intacto. Las tonterías se sucedían sin cesar, unas relacionadas con la juerga, otras con el concierto, y algunas ajenas al fin de semana.

Sabedor de la dificultad de hacer 500 kilómetros de carretera continua y resacosa, con dos descansos esporádicos a lo largo de la ruta pero sin echar un sueñecito en ninguno de ellos, me ofrecí a tomar las riendas de la diligencia, durante un ratito. Ese tiempo sería suficiente para que Agustín renovara sus energias y retomara la marcha con las pilas cargadas. Así, renové el ofrecimiento que ya había hecho la noche anterior, por activa y por pasiva, durante los fragores de la batalla cubatera. Agustín no tardó en aceptar la propuesta, preguntándome si me encontraba en condiciones de llevar la nave a buen puerto. Afirmativa respuesta. Quedamos en que, en la siguiente parada, yo le relevaría.

Al alejarnos de Sevilla, llegó el primer descanso. Ahí, las llaves del Audi pasaron a mis manos y con ellas, la responsabilidad de llevar a su casa a tres treintañeros resacosos casi sin afeitar. Me tranquilicé pensando que, total, tampoco se perdería mucho. Pero claro, eso no lo dije en voz alta para no herirles.

Nos pusimos viento en popa. Yo al volante, Paco Sánchez de copiloto y Pacoga y Agustín detrás. Esto último me sorprendió sobremanera ya que, normalmente, cuando uno cede su coche para que sea conducido por un piloto alternativo, suele ocupar el lugar contiguo para así ir resolviendo cuantas dudas surjan a éste sobre el funcionamiento elemental del vehículo: cómo se sube el aire, debo meter ya la sexta, para qué sirve este botón que pone Volume+... entre otras. Pero no. Se colocó atrás. Y cuando me giré para preguntarle que dónde estaba la palanca, rueda o similar que me permitiría despegarme del volante con el principal objetivo de poder respirar y, ya de paso poder estirar un poco las piernas y conducir el coche, el tío estaba ya roncando. Medio entre sueños, me dijo que tenía la palanca a la derecha. Muevo la palanca. Nada. Forcejeo. Nada. Paco Sánchez se reía, preguntándome: "¿puedes o qué?". Pues no, no podía. Pasé tanto tiempo intentándolo, que el estado de ánimo de la concurrencia (entre los que ya contamos a Agustín, que se había despertado para ayudar) atravesó por muy diferentes estadios: paciencia (bueno, es normal que le cueste... es la primera vez que conduce este coche), intriga (¿qué estará haciendo éste tanto rato con la palanquica?), inicio de desesperación (yo creo que ya lleva bastante rato... vamos, digo yo), desesperación completa (sí, definitivamente, decido que ya lleva demasiado rato). Al final, Agustín se bajó del coche, dio toda la vuelta al mismo y se colocó ante mí para darle él con sus propias manos a la palanca. Tras unos segundos de darle meneos, recordó que ese adminículo nunca me permitiría desplazar el asiento sino abrir una pequeña compuerta destinada a guardar CDs, bolis y artilugios variados. Sus palabras exactas fueron: ¡Coño! Si esta es pal cajón. La del asiento está al otro lado. Descojono general. El sexto en el cuarto de hora que llevábamos ya allí, intentando colocarme el asiento. Primera prueba superada. Siguiente paso: considerando necesario poder maniobrar con los brazos en lugar de llevarlos fijos como los abuelos de 80 años que circulan con la C15, decidí que también quería echar hacia atrás el respaldo del asiento. Esta vez, encontrar la rueda fue sencillo pues está en el mismo sitio que en mi coche. La giré un poco, y cuando creí que ya estaba colocado, Agustín me dijo: No sé, a lo mejor vas a ir un poco repantigao de más.... Me giró un poco y veo que mi espalda forma un ángulo de unos 45º, con respecto al asiento de atrás. El pobre Pacoga estaba casi aplastao. Descojono general, segunda parte. Cuando me vi a mí mismo casi tumbao, después de un cuarto de hora intentando regular el asiento, me entró el ataque de risa total, que tardó un buen rato en irse. Me eché el asiento un poco hacia delante, para acercarme a los 90º. Al final, como no podía ser de otra forma, dije: Bah, nos vamos así, como sea.... Agustín me preguntó que si estaba seguro, un poco receloso por el estado en que, con toda probabilidad, iba a dejar su coche tras no ser capaz de reaccionar al primer imprevisto. Pero sí, lo estaba. Y vaya que si lo estaba. ¡Cómo corría el chisme aquél! Iba camino del carril de aceleración más agusto que todas las cosas. Pensaba para mis adentros: Para ser la primera vez que llevo un Audi, hay que ver qué confianza tengo, ¡cómo le piso!. A continuación, cogí el carril de aceleración, aceleré más todavía para entrar a la autovía y, por curiosidad, mientras aceleraba, miré el cuentakilómetros a ver qué vertiginosa velocidad había alcanzado ya. Iba a 40km/h. Descojono particular y semigeneral, tercera parte. Tratando de salvar el orgullo y de cumplir la ley, me puse a más de 60 y entre en la autovía. El resto de mi turno al volante fue sin contratiempos, con las dudas lógicas de quien coge un coche por primera vez. Los dejé en la primera parada, en la que comimos en la barra unos bocatas, junto a uno de los cientos de miles de grupos de jóvenes que venían del concierto compuestos por cuatro tíos y una tía. La siguiente etapa del viaje, que ya fue la última si no recuerdo mal, fue conducida por Agustín, que nos fue dejando en casa uno por uno.

Nos despedimos de él, conscientes de que era algo más que una despedida después de un viaje de fin de semana, pero también sabedores de que estaba muy lejos de ser una despedida definitiva.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

La pringá: ¿un plato típico o una tonadillera?

Levántate, que tenemos que dejar la habitación a las 12. Rebuzno por respuesta. Así vimos amanecer en aquella soleada mañana de domingo en la Alameda de Hércules, Sevilla. La semirresaca que teníamos el día anterior, producto de la tarde de Karts y cubatas de la víspera, se había transformado en resaca completa. Con algo de nostalgia, mucho dolor de cabeza, pastosidad de boca (ya sabéis la canción...) y articulaciones lentas y desengrasadas, recordábamos las horas que habían precedido a aquel sueño placentero y mejor aclimatado que el que tuvo lugar la tarde anterior, a modo de siesta. Empezamos cantando la banda sonora de este blog y continuamos tomando una ducha cada uno. Y cuando digo cada uno, quiero decir, él la suya y yo la mía... y cuando digo él la suya y yo la mía quiero decir que yo no estaba presente en la suya ni él en la mía... y cuando digo que no estaba presente quiero decir que tampoco estaba fuera de la mampara observando y haciendo comparativas con los primos del Yánguel sino que estaba fuera del cuarto de aseo ultimando la reconstrucción de mi macuto.

Es curioso lo mío con los macutos: aunque el viaje vaya a durar 24 horas, como en este caso, siempre me llevo ropa para cualquier eventual clima, actividad deportiva, lúdica, excursión, celebración religiosa, casamiento, fusilamiento, juicio o batalla en la que haya que participar. Sin embargo, consciente de que iba a contar con una reducida parcela en el maletero del Audi para colocar mis enseres, esta vez supe contenerme y dar paso a la practicidad: lo puesto, una muda limpia, y una ropa de recambio por si las moscas. Claro, una vez que te la llevas, pues la utilizas, aunque no haya moscas. Y así pasa, que cuando voy a recomponer el macuto, tengo la sensación de quien construye un Belén con figuritas de plastilina. Me costó más cerrar el macuto que si intentara ponerme ahora unos vaqueros de cuando tenía 18 años.

Salida del hotel, sacudimos la molla y a desayunar.

El desayuno lo hicimos en el bar de al lado, el mismo en el que nos clavaron el día anterior por los chipirones aquellos. Yo, acostumbrado a no desayunar recién levantado para no tentar a la mala suerte en forma de cagalera, opté por un Aquarius que me quitara la sed y parte de la sensación desagradable, comúnmente denominada resaca. El resto de la expedición, es decir, Pacoga, Paco Sánchez y Agustín, optaron por imbuirse en la gastronomía local y pedir unas tostadas embadurnadas con el alimento localmente denominado pringá. (Nota: los que votasteis por la opción "tonadillera", acabáis de perder la apuesta). La fabricación del manjar en cuestión es tan rápida de explicar como difícil de llevar a la práctica: coges un gorrino, lo aplastas, y de la masa resultante te quedas con la parte que veas más grasienta. Conclusión: una bomba de relojería. Pues sí, ahí donde lo veis, ¡eso se come! Dos tanques de diferente color y/o composición fueron colocados en el centro de la mesa para que cada uno se untara en las tostadas lo que creyera oportuno. Ahí me los dejé, cuando abandoné la reunión durante unos minutos para llamar a mi costillita y contarle lo que no le pude contar al salir del concierto, por problemas de cobertura o batería. Con teléfono entre mano y oreja, deambulé por aquella plaza, que servía de desembocadura de la Alameda de Hércules en el barrio contiguo, hasta ver a media distancia un kiosko de prensa. Me dije: "voy a comprar el Marca, que se entretengan los chiquillos". Y así fue. 1 euro. O como lo suelen llamar en Sevilla, un vigésimo de Nachete o simplemente, para acortar, un vigésimo.

Me sorprendió el kioskero cuando me entregó, junto con el Marca, un DVD que pretendía recrear los mejores goles del Madrí. Como era un regalo, lo acepté sin dudar, con el claro objetivo de subastarlo entre mis dos compañeros de viaje merengones: Agustín y Paco Sánchez. Me dirigí de nuevo al bareto, despidiéndome por el camino, hasta dentro de un rato, de mi querida Gema y entré en él con el teléfono en el bolsillo, y el Marca y el DVD en una mano.

- Bueno, me han dado un DVD con los goles del Madrí... ¿quién de vosotros dos lo quiere?

No hubo duda. Paco Sánchez sacó lo mejor de todas las caras de los niños españoles cuando entregan la carta a los Reyes Magos a sus padres, para que estos la lleven al sitio donde se echa la carta a los Reyes Magos, mezclada con la que ponen cuando piden por favor quedarse a jugar en la calle hasta las diez de la noche en verano, cuando el colegio se acabó hasta septiembre. Con esa cara enternecedora nos dijo:

- A mí me haría mucha ilusión...

Adjudicado. Agustín no fue capaz ni de pensar en quitarle ese caramelo que desde hacía tantos años Paco Sánchez venía anhelando. Ese DVD era para él como una cerveza caída del cielo en momentos de sed, o ese siete de oros cuando te has quedado con dos sietes y una sota, de postre. Al dárselo, sentí que le había hecho feliz y, por consiguiente, todos fuimos felices. El resto del día fue divertido hasta el extremo. Todos sabíamos que, en realidad, era por la felicidad contraída al saber que Paco Sánchez iba a poder disfrutar de varias horas con los mejores goles de Santillana y de Pirri. Life is great.

Tras degustar en primera persona uno de los últimos resquicios de pringá, nos fuimos al coche, que afortunadamente seguía en el mismo sitio. Qué sabios son los gorrillas. Carretera y manta. Salimos de Sevilla con suma facilidad y nos plantamos en la autovía, donde seguiríamos nuestras animadas tertulias y desvaríos, hasta que llegó la siguiente parada, en la que se produjo un sonado relevo...

¡Seguiremos informando!

Probando, probando... hola, hola...


Bueno, que aquí estamos Pacoga y yo haciendo probatinas para ver si podemos poner imágenes en el blog. Como funcione, preparaos para ser el blog más visitado de la blogosfera, tras el viaje a Almería... ;-)

sábado, 10 de noviembre de 2007

Que se me pega el arroz...

Pues sí, a este paso, como bien anticipó el parado/opositor/empresario (POE), si no me doy un poco de vidilla se me va a juntar el viaje de Sevilla con el de Almería. Por cierto, Edgar Allan Poe en realidad se llamaba Edgar Allan Richardson, pero se cambió el apellido porque, tras abandonar la consultora en la que trabajaba y presentarse a oposiciones al Gobierno de Massachussetts, creó su propia empresa. Se dijo a sí mismo: "Coño, si soy parado, opositor y empresario... ¡POE!". Creo que se alquiló un despacho cerca de la Plaza de Toros de Boston.

Mientras escribo esto, Messi se acaba de ir de siete tíos del Getafe, pero no ha acabado en gol la cosa. Bueno, otra vez será...

Habíamos dejado a nuestros simpáticos protagonistas en aquel bar de mala muerte con sus compañeros ilicitanos (era así como había que seguir, ¿no?). Buena gente, sin duda. Pasamos varias horas con ellos, cantando canciones sin parar. El que iba menos borracho de los dos no paraba de decirme que yo era un crack, porque me sabía todas las canciones que cantaban. El repertorio era fácil: El último de la fila y Héroes del Silencio, casi al 100%. Ellos sí me decepcionaron a mí cuando no supieron continuar la letra de todo un clásico del rock español, interpretado por Ramoncín: "no puedo dejar de querer, no quiero cambiarte por nada, gritaré hasta que no salga el sol... moriré si no estás a mi lado". Todo un temazo. Y los tíos no se la sabían. Perdieron puntos, que no tardaron en recuperar cuando los derroteros se desviaron hacia Barrio Sésamo: "¿Dónde está el caballo? Tía Pepa, Tía Pepa, Tía Pepa... ¿Dónde está el caballo? Tía Pepa, Tía Pepa, Tía Pepa... ¿Dónde estáaaaaa?". Momento álgido. A esta se sumaron las sempiternas "Yo y mi llama", "Está lloviendo hoy, el cielo está gris" y "Todos los asuntos, nos irán mejor jugando juntos". Al final, intercambio de números de móvil por si un día se pasan por Murcia y despedida. Se marcharon, dejándonos en el mismo lugar donde les conocimos algunas horas antes: sentados ante aquella mesita baja repleta de cubatas, hasta no dejar ver el color de la mesa. Yo grabé su móvil como Elche Lobo y él grabó el mío como Murcia Crack...

Salimos del bareto, pregunta que preguntarás, no dejábamos pasar a nadie por nuestro lado sin interrogarle sobre la continuidad de la fiesta por aquel barrio. Y las perspectivas no eran nada halagüeñas: todos coincidían en fruncir el ceño y enviarnos al Fanclú, a todas luces lo único que quedaba abierto. Y allí que nos plantamos. El Fanclú que horas antes no habíamos sido capaces de encontrar, sí existía de verdad, y su nombre era "Fun Club". No confundir con el Fan Club de Los 40 principales. El sitio parecía ser algo así como un garito que tenía una terracita pequeña en la puerta (sin mesas, ni sillas, ni nada) y que, para acceder a ella, había que franquear un control de seguridad que un gorila había colocado, con sus músculos como único escollo. Nos colocamos a esperar. Y todo el agobio que no habíamos vivido durante las casi tres horas de concierto que protagonizaron la noche, lo sufrimos en aquel escaso cuarto de hora que aguantamos allí. La gente era un poco torpe, porque la calle era muy grande y estábamos allí enlatados casi sin poder respirar. Unos chavales que estaban allí a mi lado hablaban sobre Parálisis Permanente, lo que me obligó a introducirme en la conversación y a cantar con ellos aquello de "me miro en el espejo y soy feliz, y no pienso nunca en nadie más que en mí...". Cuando nos cansamos del agobio, salimos de él, encaminados hacia el hotel. Pero antes, una nueva pregunta. La Alameda de Hércules está cortejada por una especie de pivotes o mojones que pueden hacer el efecto de bancos individuales. Pasábamos por el lado de uno de ellos y le pregunté a un melenudo que allí estaba sentado. "¿Sabes si queda algo abierto?". "Uf, yo no tengo ni idea, no soy de aquí. Eso mejor te lo dirá él, que es de Sevilla", y me señala al banco de al lado, en el que estaba sentado un hombre de unos 50 años, que no parecía pegar mucho por aquellos lares y a aquellas horas de la madrugada. Este caballero de marcado acento sevillano me dijo lo mismo, que por esa zona ya no había nada. El melenudo me preguntó que de donde éramos y le dije que de Murcia. Él era de Cáceres. Me preguntó si habíamos venido al concierto y yo le contesté que sí, con un tono de obviedad como si me preguntan que si eso que llevo en la cara son gafas. "Pues claro. Tú también, ¿no?". Me dice que no. Sorpresa mayúscula y respuesta totalmente desatinada. "¿No jodas? ¿Y a qué coño has venido aquí si no es para el concierto?". El desatino no era tanto por la frase como por la presencia de un sevillano de pura cepa escuchando la conversación. El cincuentón. Este se indignó sobremanera pero, lejos de mostrarse agresivo, se rió diciendo: "homm-breeei, aquí en Sevisha hay mushah cosssaaaah...". Yo, reconociendo mi metedura de pata, me despedí educadamente y salí de allí por patas.

Y como el Fun-Club estaba casi enfrente del hotel, no hubo ninguna anécdota reseñable en el camino de vuelta, así que aquí termina la madrugada sevillana. El próximo capítulo hablará del desayuno y del viaje de vuelta en el que, debido a la resaca imperante, no ocurrió nada digno de contar... ¿o quizá sí?

¡Hasta la próxima!

martes, 6 de noviembre de 2007

Almería: situación actual

Como ya sabéis, el viaje a Almería es el día 1 de diciembre. Os recuerdo el plan: salida por la mañana de Murcia, para llegar allí antes de las 12. Pasar el día, dormir allí y volvernos el domingo. Imagino que el domingo por la mañana o a mediodía. Como iremos en varios coches, pues siempre estará la opción de volverse más tarde o más temprano...

Debemos reservar el hotel cuanto antes, así que estaría bien que fuerais confirmando. Lo que de momento sé es:

Pablete: Viene
Agustín: Viene
Juan Antonio: Voy
Pacoga: Viene
Damián: Viene
Nico: Viene, aunque tenía que consultar la agenda (espero tus noticias).
Paco Sánchez: hace un momento estaba seguro de que venía, pero ahora dudo de si sabe que hay viaje. Paco, ¿sigues entrando al blog? no fallarás, ¿no?
Juanfran: dudoso, pero yo creo que al final viene.
Natalio: lo mismo hasta se viene y todo. Dice que ese día le viene bien.
Jorge: no tengo muy claro si está buscando la excusa para no venir (ya sabéis, clásica maniobra de retrasar la respuesta negativa a la convocatoria, con el fin de evitar las insistencias continuas) o si es verdad que todavía no lo sabe. Él dice que quiere venir...
Josete: se ha enterado hoy (dice que no sabía ni que existía el blog). A lo mejor se viene.
Juanfran Madrid: no se viene.
Nachete y el Yánguel: espero que se vengan, pero últimamente parece que se los ha tragado la tierra, así que no sé nada seguro.
Gachises variadas: como siempre. Ninguna.

Si me dejo a alguien me lo decís, y que me disculpe. Somos muchos y así de memoria, es fácil tener lapsuses.

Así que, así estamos. La organización agradecería que, a lo largo de esta semana, confirméis la asistencia y así podamos reservar algo ya.

Sobre precios y tal, no os preocupéis que los hoteles son bastante baratos. Además, va a ser una sola noche, y probablemente no llegue ni a mil duros por cabeza. Incluso había alguno por veinte euros (por cabeza).

Venga, id escribiendo cositas por aquí....

viernes, 2 de noviembre de 2007

Fin de semana clave

Este fin de semana es clave. Después de varias semanas de largo estudio, aprendiendo a recitar de memoria frases como: "para eso tiene que ir a la otra ventanilla", "¿nos vamos a almorzar otra vez?", "me duele un poco un pie, voy a cogerme una baja por depresión de seis meses", nuestro querido parado/opositor va a desbordar todas las previsiones y a hacer un examen que va a servir de ejemplo durante generaciones.

También podemos informar a nuestros queridos lectores que han llegado rumores a este blog con las preguntas del examen. Al parecer va a ser una pregunta única: "El Visual Basic en las empresas cárnicas". Pan comido para el p/o.

Así pues, desde este blog os pedimos a todos que encendáis una vela, un mechero, el móvil, la playstation o lo que tengáis ( © Bunbury), para desearle suerte al p/o y que le salga el examen que todos queremos.

¡Suerte crack!