sábado, 10 de noviembre de 2007

Que se me pega el arroz...

Pues sí, a este paso, como bien anticipó el parado/opositor/empresario (POE), si no me doy un poco de vidilla se me va a juntar el viaje de Sevilla con el de Almería. Por cierto, Edgar Allan Poe en realidad se llamaba Edgar Allan Richardson, pero se cambió el apellido porque, tras abandonar la consultora en la que trabajaba y presentarse a oposiciones al Gobierno de Massachussetts, creó su propia empresa. Se dijo a sí mismo: "Coño, si soy parado, opositor y empresario... ¡POE!". Creo que se alquiló un despacho cerca de la Plaza de Toros de Boston.

Mientras escribo esto, Messi se acaba de ir de siete tíos del Getafe, pero no ha acabado en gol la cosa. Bueno, otra vez será...

Habíamos dejado a nuestros simpáticos protagonistas en aquel bar de mala muerte con sus compañeros ilicitanos (era así como había que seguir, ¿no?). Buena gente, sin duda. Pasamos varias horas con ellos, cantando canciones sin parar. El que iba menos borracho de los dos no paraba de decirme que yo era un crack, porque me sabía todas las canciones que cantaban. El repertorio era fácil: El último de la fila y Héroes del Silencio, casi al 100%. Ellos sí me decepcionaron a mí cuando no supieron continuar la letra de todo un clásico del rock español, interpretado por Ramoncín: "no puedo dejar de querer, no quiero cambiarte por nada, gritaré hasta que no salga el sol... moriré si no estás a mi lado". Todo un temazo. Y los tíos no se la sabían. Perdieron puntos, que no tardaron en recuperar cuando los derroteros se desviaron hacia Barrio Sésamo: "¿Dónde está el caballo? Tía Pepa, Tía Pepa, Tía Pepa... ¿Dónde está el caballo? Tía Pepa, Tía Pepa, Tía Pepa... ¿Dónde estáaaaaa?". Momento álgido. A esta se sumaron las sempiternas "Yo y mi llama", "Está lloviendo hoy, el cielo está gris" y "Todos los asuntos, nos irán mejor jugando juntos". Al final, intercambio de números de móvil por si un día se pasan por Murcia y despedida. Se marcharon, dejándonos en el mismo lugar donde les conocimos algunas horas antes: sentados ante aquella mesita baja repleta de cubatas, hasta no dejar ver el color de la mesa. Yo grabé su móvil como Elche Lobo y él grabó el mío como Murcia Crack...

Salimos del bareto, pregunta que preguntarás, no dejábamos pasar a nadie por nuestro lado sin interrogarle sobre la continuidad de la fiesta por aquel barrio. Y las perspectivas no eran nada halagüeñas: todos coincidían en fruncir el ceño y enviarnos al Fanclú, a todas luces lo único que quedaba abierto. Y allí que nos plantamos. El Fanclú que horas antes no habíamos sido capaces de encontrar, sí existía de verdad, y su nombre era "Fun Club". No confundir con el Fan Club de Los 40 principales. El sitio parecía ser algo así como un garito que tenía una terracita pequeña en la puerta (sin mesas, ni sillas, ni nada) y que, para acceder a ella, había que franquear un control de seguridad que un gorila había colocado, con sus músculos como único escollo. Nos colocamos a esperar. Y todo el agobio que no habíamos vivido durante las casi tres horas de concierto que protagonizaron la noche, lo sufrimos en aquel escaso cuarto de hora que aguantamos allí. La gente era un poco torpe, porque la calle era muy grande y estábamos allí enlatados casi sin poder respirar. Unos chavales que estaban allí a mi lado hablaban sobre Parálisis Permanente, lo que me obligó a introducirme en la conversación y a cantar con ellos aquello de "me miro en el espejo y soy feliz, y no pienso nunca en nadie más que en mí...". Cuando nos cansamos del agobio, salimos de él, encaminados hacia el hotel. Pero antes, una nueva pregunta. La Alameda de Hércules está cortejada por una especie de pivotes o mojones que pueden hacer el efecto de bancos individuales. Pasábamos por el lado de uno de ellos y le pregunté a un melenudo que allí estaba sentado. "¿Sabes si queda algo abierto?". "Uf, yo no tengo ni idea, no soy de aquí. Eso mejor te lo dirá él, que es de Sevilla", y me señala al banco de al lado, en el que estaba sentado un hombre de unos 50 años, que no parecía pegar mucho por aquellos lares y a aquellas horas de la madrugada. Este caballero de marcado acento sevillano me dijo lo mismo, que por esa zona ya no había nada. El melenudo me preguntó que de donde éramos y le dije que de Murcia. Él era de Cáceres. Me preguntó si habíamos venido al concierto y yo le contesté que sí, con un tono de obviedad como si me preguntan que si eso que llevo en la cara son gafas. "Pues claro. Tú también, ¿no?". Me dice que no. Sorpresa mayúscula y respuesta totalmente desatinada. "¿No jodas? ¿Y a qué coño has venido aquí si no es para el concierto?". El desatino no era tanto por la frase como por la presencia de un sevillano de pura cepa escuchando la conversación. El cincuentón. Este se indignó sobremanera pero, lejos de mostrarse agresivo, se rió diciendo: "homm-breeei, aquí en Sevisha hay mushah cosssaaaah...". Yo, reconociendo mi metedura de pata, me despedí educadamente y salí de allí por patas.

Y como el Fun-Club estaba casi enfrente del hotel, no hubo ninguna anécdota reseñable en el camino de vuelta, así que aquí termina la madrugada sevillana. El próximo capítulo hablará del desayuno y del viaje de vuelta en el que, debido a la resaca imperante, no ocurrió nada digno de contar... ¿o quizá sí?

¡Hasta la próxima!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues ahora que lo dices, POE sería un buen nombre para mi empresa (POgramas Excelentes); así que de momento vas en cabeza en el concurso de nombres. Os recuerdo que hay un premio de 30€ para el que sugiera el mejor nombre para mi empresa (y que luego sea el elegido por mí, claro).

Bueno, parece que lo de Almería ya no tiene marcha atrás, y que va bastante gente (Nacho, a ver si haces lo posible por venir, si no te vamos a echar de menos, ¿quién se encargará de comprobar que las lámparas de los garitos cumplen las leyes físicas del péndulo?).

Anónimo dijo...

Me uno al llamamiento de POE para que nuestro compañero y que posee el titulo de 'Primer Portador del Bote' se lo piense mejor y se una al evento de Almería. Vamos Nacho no te hagas de rogar.

Agustín, 30 Euros me parece poco por devanarme los sesos para buscar un nombre pa tu empresa.

Juan Ant. dijo...

Noticia bomba: Acabo de hablar largo y tendido con Nachete y, aunque la noticia no es oficial... hay un alto índice de probabilidad de que SÍ se venga al evento. ¿A que mola?

:)

Anónimo dijo...

Mola, a ver si es verdad, aunque en tal caso tendrá que luchar a muerte con Pacoga por el título de "boteman"; propongo que la pelea sea en la plaza mayor de Almería, armados ambos con espadas tipo "los inmortales": solo puede quedar uno.

Juan Ant. dijo...

Yo creo que a Pacoga, pese a que hace últimamente sus pinitos y hay que reconocer que no lo hace mal, todavía le falta mucho para llegar al nivel del maestro. Seguramente, un bote de 13 tíos se le quedaría grande. Imagínatelo, con 13 nachetes en el bolsillo. Eso son 260 euros. Casi nueve mil duros. Yo creo que, si finalmente somos tantos, igual tendríamos que buscar una táctica como llevar dos botes paralelos o algo así. Cuando se acabe con uno, empieza otro. Propongo que los botes sean llevados por Pacoga y Pablete y Nacho dirija las operaciones...

Anónimo dijo...

Muy interesante tu propuesta; veo que el sistema de los nodos ha calado profundamente en tu mecánica de trabajo.
Aplicando el mismo esquema, Pablo y Pacoga podrían a su vez partir cada uno de sus botes entre otros dos, etc., etc.
El problema es que si en un momento dado decides volver a unir todo el bote, seguro que faltan perras.