miércoles, 14 de noviembre de 2007

La pringá: ¿un plato típico o una tonadillera?

Levántate, que tenemos que dejar la habitación a las 12. Rebuzno por respuesta. Así vimos amanecer en aquella soleada mañana de domingo en la Alameda de Hércules, Sevilla. La semirresaca que teníamos el día anterior, producto de la tarde de Karts y cubatas de la víspera, se había transformado en resaca completa. Con algo de nostalgia, mucho dolor de cabeza, pastosidad de boca (ya sabéis la canción...) y articulaciones lentas y desengrasadas, recordábamos las horas que habían precedido a aquel sueño placentero y mejor aclimatado que el que tuvo lugar la tarde anterior, a modo de siesta. Empezamos cantando la banda sonora de este blog y continuamos tomando una ducha cada uno. Y cuando digo cada uno, quiero decir, él la suya y yo la mía... y cuando digo él la suya y yo la mía quiero decir que yo no estaba presente en la suya ni él en la mía... y cuando digo que no estaba presente quiero decir que tampoco estaba fuera de la mampara observando y haciendo comparativas con los primos del Yánguel sino que estaba fuera del cuarto de aseo ultimando la reconstrucción de mi macuto.

Es curioso lo mío con los macutos: aunque el viaje vaya a durar 24 horas, como en este caso, siempre me llevo ropa para cualquier eventual clima, actividad deportiva, lúdica, excursión, celebración religiosa, casamiento, fusilamiento, juicio o batalla en la que haya que participar. Sin embargo, consciente de que iba a contar con una reducida parcela en el maletero del Audi para colocar mis enseres, esta vez supe contenerme y dar paso a la practicidad: lo puesto, una muda limpia, y una ropa de recambio por si las moscas. Claro, una vez que te la llevas, pues la utilizas, aunque no haya moscas. Y así pasa, que cuando voy a recomponer el macuto, tengo la sensación de quien construye un Belén con figuritas de plastilina. Me costó más cerrar el macuto que si intentara ponerme ahora unos vaqueros de cuando tenía 18 años.

Salida del hotel, sacudimos la molla y a desayunar.

El desayuno lo hicimos en el bar de al lado, el mismo en el que nos clavaron el día anterior por los chipirones aquellos. Yo, acostumbrado a no desayunar recién levantado para no tentar a la mala suerte en forma de cagalera, opté por un Aquarius que me quitara la sed y parte de la sensación desagradable, comúnmente denominada resaca. El resto de la expedición, es decir, Pacoga, Paco Sánchez y Agustín, optaron por imbuirse en la gastronomía local y pedir unas tostadas embadurnadas con el alimento localmente denominado pringá. (Nota: los que votasteis por la opción "tonadillera", acabáis de perder la apuesta). La fabricación del manjar en cuestión es tan rápida de explicar como difícil de llevar a la práctica: coges un gorrino, lo aplastas, y de la masa resultante te quedas con la parte que veas más grasienta. Conclusión: una bomba de relojería. Pues sí, ahí donde lo veis, ¡eso se come! Dos tanques de diferente color y/o composición fueron colocados en el centro de la mesa para que cada uno se untara en las tostadas lo que creyera oportuno. Ahí me los dejé, cuando abandoné la reunión durante unos minutos para llamar a mi costillita y contarle lo que no le pude contar al salir del concierto, por problemas de cobertura o batería. Con teléfono entre mano y oreja, deambulé por aquella plaza, que servía de desembocadura de la Alameda de Hércules en el barrio contiguo, hasta ver a media distancia un kiosko de prensa. Me dije: "voy a comprar el Marca, que se entretengan los chiquillos". Y así fue. 1 euro. O como lo suelen llamar en Sevilla, un vigésimo de Nachete o simplemente, para acortar, un vigésimo.

Me sorprendió el kioskero cuando me entregó, junto con el Marca, un DVD que pretendía recrear los mejores goles del Madrí. Como era un regalo, lo acepté sin dudar, con el claro objetivo de subastarlo entre mis dos compañeros de viaje merengones: Agustín y Paco Sánchez. Me dirigí de nuevo al bareto, despidiéndome por el camino, hasta dentro de un rato, de mi querida Gema y entré en él con el teléfono en el bolsillo, y el Marca y el DVD en una mano.

- Bueno, me han dado un DVD con los goles del Madrí... ¿quién de vosotros dos lo quiere?

No hubo duda. Paco Sánchez sacó lo mejor de todas las caras de los niños españoles cuando entregan la carta a los Reyes Magos a sus padres, para que estos la lleven al sitio donde se echa la carta a los Reyes Magos, mezclada con la que ponen cuando piden por favor quedarse a jugar en la calle hasta las diez de la noche en verano, cuando el colegio se acabó hasta septiembre. Con esa cara enternecedora nos dijo:

- A mí me haría mucha ilusión...

Adjudicado. Agustín no fue capaz ni de pensar en quitarle ese caramelo que desde hacía tantos años Paco Sánchez venía anhelando. Ese DVD era para él como una cerveza caída del cielo en momentos de sed, o ese siete de oros cuando te has quedado con dos sietes y una sota, de postre. Al dárselo, sentí que le había hecho feliz y, por consiguiente, todos fuimos felices. El resto del día fue divertido hasta el extremo. Todos sabíamos que, en realidad, era por la felicidad contraída al saber que Paco Sánchez iba a poder disfrutar de varias horas con los mejores goles de Santillana y de Pirri. Life is great.

Tras degustar en primera persona uno de los últimos resquicios de pringá, nos fuimos al coche, que afortunadamente seguía en el mismo sitio. Qué sabios son los gorrillas. Carretera y manta. Salimos de Sevilla con suma facilidad y nos plantamos en la autovía, donde seguiríamos nuestras animadas tertulias y desvaríos, hasta que llegó la siguiente parada, en la que se produjo un sonado relevo...

¡Seguiremos informando!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya sabes, Excusatio non petita, accusatio manifesta. Vosotros sabréis lo que pasó en esa habitación.
Por otra parte, apoyo tu moción de sumar la palabra vigésimo al acerbo popular de denominaciones monetarias (perra chica, perra gorda, real, peseta, duro, euro y ahora vigésimo).

Anónimo dijo...

Juer, que exagerao puedes llegar a ser cuando cuentas las cosas.. ya sé que te lo he dicho muchas veces... tampoco fue pa tanto lo del dvd!! lo de las fotos en el blog puede estar mu bien, pero también puede llegar a ser muuuuuy chungo eh? fabulosa la primera, el executive manager sale de lo más favorecido.

Por cierto, hablando de fotos, Pacoga, acuerdate d enviarme las de Sevilla, cohones.

Nacheteee!!! tas por ahi??? tienes que venirte, no nos defraudes que tienes reservao un recluta eh? (o dos o tres) ah!! no te preocupes que te pasaré el dvd del madrí, que sí, sé que estas deseando verlo...

Nota aclaratoria (para los no iniciados) no se entienda mal lo del recluta, se trata de un montadito que hacen por estos lares: el pan tostado, lomo de gorrino y una salsa mu rica

Juan Ant. dijo...

No, no, no, Paco... no, no, no. Tú sabes que yo nunca en mi vida he exagerado nada. Cuando aquel día dije que el agua llegaba por los espejos, era porque llegaba.

Anónimo dijo...

En esa habitación no paso nada que no se cuente en este blog.

¿Que no has probado los reclutas?
¡PUES DOS RECLUTAS PARA NACHO!