domingo, 20 de enero de 2008

Almería: continuación

Mes y medio hace que volvimos, y todavía voy por la mitad del viaje. Si es que, como sé que ya no leéis el blog, pues ya no me motivo. ¿O sí lo leéis?

Voy a ir liquidando el viaje ya, que a este paso ya nadie se acuerda ni de que fuimos.

Garito número 1: El instinto orientador de Agustín nos llevó a un garito que no tenía mala pinta, en el que estaba el camarero solo. ¿O ni eso? El famoso desierto de Almería estaba allí, en aquel local. Nos quedamos un rato. Unos cubatas, unos chupitos calentitos y a buscar otro sitio. ¿Chupitos calentitos? Sí, sí. Y nada de leche con Cola-Cao o poleo-menta. Era algo alcohólico (a saber) que fue prendido por el camarero con un mecherito. El tío debió quemarse la mano unas cuantas veces. El caso es que aquello era muy potito, el garito casi a oscuras y una fila de chupitos flameantes, alrededor de diez o doce, iluminando el local. Nos los bebimos, hicimos unas fotos, estuvimos un rato y nos fuimos. No puedo extenderme más, porque de los detalles casi ni me acuerdo.

Garito número 2: Este era algo más grande y había más gente. Tenía mesas (y sillas) y había espacio para estar de pie. En este local pasaron dos cosas reseñables: la primera es que intentamos jugar a los dardos, porque Damián nos dijo que ninguno de los que allí habíamos era capaz de ganarle, ni siquiera impidiéndole abrir los ojos a él para tirar. Vamos, os gano hasta con los ojos cerraos, dijo. Empezamos a echar monedas en la máquina, y luego no iba. Menos mal que nos devolvieron los cuartos. Tres o cuatro euros creo que habíamos echao. ¡Como pa tontear! La segunda es que unas señoras cuya edad difería considerablemente de la nuestra intentaron ligar con nosotros. Ellas estaban tranquilamente sentadas en una mesa, y Pablo y yo fuimos a presentarnos. Fue entretenido: intentamos que averiguaran de qué ciudad de España éramos y creo que dijeron Palencia, Teruel, Huesca, Orense, Lleida y Zamora antes que Murcia. Y eso que somos vecinos. En fin, que nos fuimos enseguida de aquella mesa. Porque se nos acabó el cubata y porque podrían habernos metido en la cárcel.

Si no recuerdo mal, los siguientes garitos ya fueron para comer. Sin historia. En uno de ellos vimos como Acasiete marcaba en tiempo de descuento el gol de la victoria ante el Sevilla. Regocijo en las calles. Yo ahí estaba empezando a quedarme durmiendo. Aun así, aguanté hasta el siguiente garito, en el que vimos el Barça-Espanyol casi en su totalidad. Al acabar el partido, me fui a acompañar al Yánguel al hotel, y a dormir la mona hasta el día siguiente.... ¿o no?

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Sólo para darte moral: leo regularmente el blog y estoy en un sinvivir esperando las nuevas entradas.

Saludos.

Juan Ant. dijo...

Gracias Nico. Me temo que eres el único. Yo creo que ni Agustín entra ya, el ideador de La Creación del blog.

paco dijo...

Tas mu equivocao chaval... yo lo tengo hasta como alerta en el móvil, cuidao!!!

paco dijo...

Bueno, tampoco es eso, pero de vez en cuando sí que le echo un vistacillo

Juan Ant. dijo...

Vale, vale. Si yo sé que todo depende de la frecuencia con la que yo actualice el blog. Si os acostumbro a escribir cosas nuevas todos los días, entraréis todos los días. Dicho de otra forma: el espaciamiento de vuestras visitas es directamente proporcional al aumento de mi gandulería. :)

Anónimo dijo...

Me siento profundamente ofendido por el comentario del autor respecto a la frecuencia con la que consulto este nuestro blog. He dicho.

Anónimo dijo...

Si te entra la gandulería tienes que añadir a Agustín para que habra temas nuevos ... que se note su preocupación por el Blog ..

Juan Ant. dijo...

Bueno, vale, Agustín entra. Pero no con tanta frecuencia... porque ha tardado un día y medio en quejarse. :)