miércoles, 23 de abril de 2008

Comienza una nueva vida...

Hoy hemos encontrado una vía que nos va a sacar de esta vida de pobreza y currantismo, permitiéndonos vivir la vida que nos merecemos, a la vez que nos codearemos con grandes estrellas del mundo del celuloide. Vamos a escribir un guión para una telenovela. Trata de un joven boliviano que tiene que huir de su país para refugiarse en España. Él no comprende por qué tiene que emigrar ya que, a su juicio, su obra no ha sido tan grave como para provocar esas reacciones tan beligerantes. Reacciones que proceden de la familia Pacheco. Históricamente no ha habido rivalidad entre los Pacheco y los Capquequi, pero nuestro protagonista fue demasiado lejos y consiguió destrozar la vida de cinco generaciones de la misma familia. Bienvenidos al preludio de....

PACHECOS Y CAPQUEQUIS



En la familia Pacheco hay una tradición: todas las mujeres Pacheco deben tener una hija al cumplir los quince años de edad. Y no tener ninguna más. Esa hija heredará el apellido, de manera que podemos contar una mujer Pacheco por cada quincenio (no sé si me acabo de inventar esta palabra). Si hoy naciera una mujer Pacheco, el resto tendrían 15, 30, 45, 60, 75 años... y así sucesivamente.

Nuestro protagonista de la familia Capquequi, cercano a los 30 años, se enamoró de Wendolyn Pacheco, la que contaba 30 años de edad. No obstante, ella no correspondió su amor, por lo que probó suerte con la hija de ésta, la quinceañera María Remedios Pacheco. La niña, que había sacado un billete de sólo ida hacia la edad del pavo, pronto sucumbió a los encantos de Wilson Capquequi, nuestro protagonista. Vivieron un feliz romance durante unas semanas, hasta que la joven recordó que, si no quedaba encinta en menos de tres semanas, daría a luz con dieciséis años cumplidos, por lo que rompería una tradición que la familia Pacheco había mantenido y respetado durante generaciones. Así, se lo explicó a Wilson Capquequi, quien se hizo cargo de la gravedad de la situación y accedió a los deseos de María Remedios Pacheco. La niña quedó embarazada al punto, cumpliendo el objetivo de ambos y provocando el alivio del resto de féminas de la familia: madre, abuela, bisabuela, y tatarabuela, que contaban 30, 45, 60 y 75 primaveras respectivamente.

Lo que todavía está por descubrir, y ese será uno de los objetivos de la telenovela, es dónde se produjo el malentendido. O María Remedios Pacheco se explicó mal o Wilson Capquequi lo entendió mal. El caso es que en los tres días sucesivos, Wilson Capquequi dejó embarazadas a la madre, la abuela, la bisabuela y la tatarabuela. Todas ellas felizmente casadas y con una hija quince años menor que ella, la cual hasta la fecha había sabido respetar la tradición de tener una sola hija y tenerla al cumplir los quince años. Una tradición a la que no esperaban dar la espalda nunca, pero que quedó truncada debido a la desafortunada actuación de Wilson Capquequi. Así, perseguido por los cinco maridos de la familia Pachecho, tuvo que hacer las maletas a toda prisa y embarcar para España. María Remedios Pacheco, ajena al guirigay montado, vino con él pese a las desaprobaciones de la familia Pacheco.

¿Cómo lo veis?

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