martes, 4 de diciembre de 2007

La quinta dimensión

Tras toda la polémica creada en las horas previas a la partida, aún tuvimos los santos cojones de llegar tarde nosotros y tener allí esperando al pobre Jorge, quien, como era de prever, estaba esperando en el sitio donde más difícil era recogerlo: escondido tras unos arbustos en el carril paralelo a la carretera. Este punto de recogida seleccionado por mi sobrino provocó que Agustín no fuera capaz de encontrar un sitio donde detenerse hasta haberse alejado doscientos metros que el simpático alhameño tuvo que recoger al trote, con la sudada correspondiente.

El viaje fue amenizado por una de las mejores cintas de chistes que uno puede comprar en cualquier bar de carretera: El Yánguel. Este individuo a quien todos conocemos, iba solo desde Gútar (Michigan) hasta Almería. Y lejos de ir concentrado en la peligrosa tarea de adelantar camiones y tractores por la nacional, el tío iba aburrido y llamándonos cada treinta segundos. Yo descolgaba el teléfono directamente en manos libres y así hacía los efectos de una cinta de chistes. No hacía falta que nosotros habláramos. Él soltaba su perorata adornada con sus habituales comparaciones y sus incomparables anécdotas. En una de esas llamadas, coincidió que Jorge estaba hablando con Pablo, por su móvil. Puso el manos libres y ahí establecimos una especie de Party Line. Lo nunca visto: Pablete y el Yánguel hablando a través de nuestros móviles. Creímos entrar en una quinta dimensión, o algo así...

Tras hora y media de camino, entramos en Almería y encontramos el hotel con suma facilidad. Ahí estaba el Yánguel, esperándonos de pie, medio indignado porque le habían cobrado 2,30 euros por un tubo de cerveza.

En próximas entregas: la reunión del rebaño, las primeras cañas, el Casa Puga, el Molly Malone... ¡pues anda que no queda!

4 comentarios:

paco dijo...

Buenas! me alegro que sigas por ahí contando la enésima despedida del señor Agustín... ya lo estaba echando en falta... pensaba que el blog había muerto o algo.
Saludos a todos!

Juan Ant. dijo...

Supongo que eres Paco Sánchez, porque no has puesto Pacoga, ¿no?

El blog no puede morir. No debemos dejarle...

paco dijo...

Hombre! pos claro que soy Paco Sánchez.

Espero que pasárais bien el domingo e hicieráis bien el camino de vuelta. Estuve dudando en quedarme con vosotros a despedir a Nachete. Menos mal que no lo hice... uff... vaya día que pasé, no veas como tenía el cuerpo rato después de irme. Si es que salir con vosotros no es sanoooo :-)

Juan Ant. dijo...

Pues sí, tenías que haberte quedado. Pasamos un rato guay. Dimos un paseo, fuimos a ver el mar, comimos en un PizzaHut Restaurante (que nos sirvieron en la mesa) y llevamos a Nachete a la estación. A las 3 estábamos saliendo pa Murcia...