domingo, 7 de septiembre de 2008

Calasparra

Las fiestas de los pueblos desconocidos y pequeños suelen dejar huella: te encuentras en un lugar en el que todo es diferente para ti, nuevo completamente. No conoces a (casi) nadie y (casi) nadie te conoce a ti. El anonimato en ocasiones te empuja a liberar tu comportamiento y, por unas horas, convertirte en ese loco que todos llevamos dentro y que no podemos dejar salir así como así. A lo largo de la historia ha habido un sinfín de casos en los que la asistencia a las fiestas de un pueblo no ha pasado desapercibida. En ocasiones las circunstancias incluso recomiendan no demorar en exceso el inicio del viaje de retorno. Y es que tirarle los tejos a la novia del Guardia Civil del pueblo no es moco de pavo.

Ayer sábado, Paco Sánchez, Pacoga y vuestro bloguero favorito se dirigían, poco después de las 8:30 de la mañana, en dirección a Calasparra. Cuando llegamos, allí estaban ya Marcos y Choni. El viaje bien, sin demasiados contratiempos ni hechos dignos de resaltar. Por contaros algo, os diré que en un semáforo nos pidió indicaciones la copilota del coche de al lado que con su aspecto, movimientos y forma de hablar demostraba ser una toxicómana estándar. Nos preguntó que si para Valencia iban bien. Les dijimos que sí, que al final de Juan de Borbón tomaran dirección Alicante. Si os preguntáis que por qué salimos tan temprano, el motivo no es otro que asistir al encierro. Pero llegamos tarde. Y llegamos tarde por tontos (bueno, yo) porque yo pensaba que el encierro era a las 9:30 y, viendo que ya no daba tiempo, hicimos el viaje la mar de tranquilos, parando y todo. Llegamos a Calasparra a las 10:02 y el encierro había sido a las 10:00. En fin, nos pegamos el gran madrugón para nada. Bueno, para nada tampoco, porque en cuanto llegamos allí nos fuimos al lío.

Nos fuimos al bajo que tiene la peña de Agustín. Una peña que, curiosamente, no tiene nombre. Este año alguien la ha bautizado como Sol y Sombra. Nosotros nos pusimos pegatinas de la Peña Cañacuete. El bajo era bastante grande: varios barriles de cerveza, un serpentín, barras, mesas, sillas... lo que se dice un bajo, vaya. Tras recorrer el bajo buscando estanterías con libros para leer y no haber encontrado ninguna, decidí que lo mejor que podíamos hacer allí era comer y beber. Tras pasar allí unos minutos (con un promedio de una caña cada dos minutos) nos fuimos a la Feria de Día a tomar unas cañicas mientras que Agustín se iba a resolver unos asuntos personales. Cuando volvió, nos fuimos a seguir refrescando los gaznates y de ahí a comer a Pepón.

Por la tarde, los toros: novillos bastante grandes para dos novilleros andaluces y un portugués. Un poco floja la corrida. Lo único que se salvó fue la faena del portugués en su primer toro, el tercero de la tarde. Y allí en la grada, nos tomamos una cerveza y nos comimos unos rollos de anís. Todo gentileza de El Porche, una de esas personas que de tantas veces que has oído su nombre apodo crees conocerle de toda la vida.

Después de los toros fuimos a La Rambla para ver en qué estado estaba aquello. En obras. Algunas habitaciones no tenían luz, pero lo importante es que nos encontramos unos colchones que anticipaban un sueño placentero.

La cena fue lo siguiente. En la peña nos hicimos un picoteo variado que estuvo bastante bien. Jamón y una especie de lomo sajonia frío eran los platos principales. Ah, y una ensaladilla que estaba riquísima. Contamos con la compañía de Pipo, un navarro ascensorista y músico que ha venido a las fiestas. Nos contó su amistad con El Drogas y un sinfín de anécdotas. Y cuando le dije que Paco Sánchez toca la guitarra, sacó inmediatamente una púa del bolsillo y se la regaló. Un tío majo, al que parecía hacerle mucha gracia oírme decir "¡no jodas!". Y después de la cena, nos fuimos de fiesta. Nada demasiado importante. Bueno, nos encontramos con una amiga de Agustín que se empeñó en decirme que la invitara a mi boda. Yo le dije que si Agustín quería llevarla de pareja, por mí encantado.

Continuando con lo que os decía en el primer párrafo, tengo que deciros que me llevé una grata impresión de las fiestas y la gente de Calasparra. Si hay algún motivo por el cual las fiestas de los pueblos pequeños dejan huella es porque los lugareños suelen mirar con cien ojos a los forasteros. Y este recelo suele ser mayor cuanto menor es el número de habitantes del pueblo. Aquí no he tenido esa inquietante sensación de sentirme observado. La hostilidad que he notado desde el primer momento en otros lugares, aquí se transforma en hospitalidad. Palabras parecidas, pero qué significado tan distinto. Tengo que reconocer que me he sentido muy bien en Calasparra.

Antes de terminar, quiero mandar un beso a nuestras amigas: Emi (la chica de Bullas que me prometió que entraría al blog; bueno, creo que no me lo prometió, pero yo sé que va a entrar), Isa (la sonrisa de Calasparra) y Ania (con la que ya vuelvo a llevarme bien después del bache por el que hemos pasado :-) ).

Y a María, nuestra queridísima hermana pequeña, le tengo que dedicar un párrafo para ella sola. Que sepas María, que si no me pones un comentario en el blog, no me voy a creer eso de que entras todos los días. :-)

8 comentarios:

Anónimo dijo...

En resumen, que lo pasamos sssstupendamente, la pena es que no nos despedimos de María y sus amigas.

¿Donde os metisteis?

PD. como ves yo cumplo con lo pactado. Un Comentario para cada artículo que publiques.

Anónimo dijo...

Hola!!Soy Emi, la chica de Bullas, efectivamente acabo de leer tu blog de calasparra, aunque no te prometi que entraria, no creo en las promesas..
Y no te pongas la alarma del movil a la hora de la siesta, no son horas!!!!
Nosotras tambien lo pasamos genial,!!Y yo si vi dos dias los encierros,
Otro dia leere mas cosas, hoy el trabajo no me permite entretenerme.
Ciao

Juan Ant. dijo...

Hola Emi, ¡qué sorpresa! Me alegro de verte por aquí.

¿Qué os parece chicos? Esto ya empieza a ser un blog de los de verdad...

isa dijo...

Es todo un honor figurar tu blog, de hecho, te has convertido en uno de nuestros 300 favoritos. Nos has gratamente impresionado y amenazamos con leerte con regularidad. Un besazo y os esperamos en los proximos encierros. Recuerda que son de 10.00 a 10.01 a.m.
Maria e Isa. (la hermana y la sonrisa)

Anónimo dijo...

Por una vez, y sin que sirva de precedente, no has dejado volar tu imaginación en exceso, y has contado las cosas más o menos tal y como pasaron.

Lo que me ha extrañado, y que se sale un poco de tu estilo incisivo, es que no hayas intentado culparme de vuestro retraso diciendo que os confundí con la hora.

Por cierto, muy bueno lo de NY, lo tengo en la agenda.

Anónimo dijo...

Que conste que mi anterior comentario es anterior al SMS del blogero pidiéndome explicaciones de por qué no había puesto nada.

Juan Ant. dijo...

Sólo puedo decir que el honor es totalmente mío, al contar con lectoras tan majas como vosotras.

Dicen que lo difícil no es llegar, sino mantenerse, así que espero que dentro de un año me digáis que el blog os sigue gustando al menos igual que ahora.

Un beso a todos/as

paco dijo...

Buenas!!
Me he llevado una grata sorpresa al ver que seguías con el blog, ya pensaba que te habías olvidado de él.

Bueno, que quede constancia que sigo leyendo, ok? que luego me echas la puya :-)

Un abrazo y saludos!!